Al teclear «
escalada de violencia» en el buscador de noticias de Google hoy miércoles 1 de marzo, aparecen nada menos que 429 informaciones de diversos medios de prensa, casi todas ellas referidas a los atentados en Irak. Pero hay más variedad: Nigeria, Palestina, Colombia o México también atraviesan un bullicioso periodo de animación.
Llamar «
escaladas» a estos fenómenos supone concederles un aire de acción deportiva que se nos antoja impropio de la situación. En propiedad se escalan pendientes escarpadas, ochomiles, fachadas de grandes rascacielos. Son actividades honrosas que nada tienen que ver con el destripamiento masivo de seres humanos.
Aquí «
escalar» es un falso amigo, una mala traslación del inglés «
to escalate» (que no significa ‘ascender’, sino ‘intensificar’). El español ha importado a la ligera el sentido de «
escalation» como ‘subida rápida y generalmente alarmante de una cosa’ (desde los precios hasta la delincuencia), en vez de recurrir a los ya disponibles
aumento, ascenso, incremento, crecida... Pero la RAE ya lo ha dado por bueno. Qué se le va a hacer.
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