Los noticiarios informan de la explosión de un gasoducto en la región de El Salao, en Bolivia. Pero mientras unas emisoras dicen «
gasoducto», otras hablan del «
gaseoducto», con una –e- intercalada. Al oír esta última, alguien pone el grito en el cielo: es una impropiedad, un mal contagio de «
oleoducto» (del latín «
oleum», -aceite-, una forma inexistente y reprobada por las autoridades del idioma, asegura. Con este mismo criterio se pronuncia la
Wikipedia.
Pues resulta que no. Ambas formas aparecen en el RAE. Si bien es cierto que
gasoducto se ha formado mediante una derivación más ortodoxa, hay derivados de «gas» que llevan la –e- (como «gaseoso»), lo cual es razón suficiente para admitir
gaseoducto y dejarse de purismos puntillosos.
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